"Tinta en la sangre"

por Natacha Bertin

“Algunos llevamos tinta en la sangre”. Así solía hablar de sí misma y de buena parte de la gente que se había cruzado a lo largo de su vida en las redacciones de varios diarios y en las aulas donde daba clase, mi profesora de Redacción Periodística. Tiene una pluma privilegiada y un amor por el periodismo gráfico que desde su cátedra supo inculcar a más de uno. Me incluyo en el grupo de "contagiados", pero debo admitir que en mi sistema circulatorio no hay ni leve rastro de tinta. Por mis venas corre sangre nomás; sólo sangre como en el común de los mortales. De mí apenas puede decirse que respiro aire de radio o cualquier otra cosa similar, dado que siempre ha sido ese mi medio (en cualquiera de sus acepciones), pero de redacción sólo lo habitual para cualquier periodista.

Marta Nassif (tal el nombre de esta puntana radicada en Bahía Blanca), también decía a veces: “Los periodistas escribimos la historia en las tapas de los diarios”. Y, hablando de cronistas de nuestro pasado, por estos días el pampeano Walter Cazenave presenta en su General Pico natal el segundo volumen de su compilado de historias regionales. Cuando leía la nota en los medios provinciales lo primero que recordé fue una reunión que encabezó en nuestra localidad frente a un grupo de escritores con el objetivo de contar la historia de los pueblos. O, para que no suene tan inalcanzable, podemos alterar el orden de los plurales: contar las historias del pueblo.

Desde El Chasqui de Yolanda Miguel hasta hoy podemos enumerar varios medios gráficos locales. Más o menos difundidos, en mayor o menor medida tecnologizados. La expresión desde ellos abarcó variadas temáticas (desde la literatura en todas sus ramas como las dos etapas de Amanecer, hasta el deporte de los 90 con Pasiones, e incluso una visión política de nuestros asuntos como Manantial Informativo y la revista que editaba mucho tiempo antes la Juventud Peronista). Son muchas las veces que recurrí a ese material también integrado por libros como el del Centenario u otra edición local similar a esa que la municipalidad hacía llegar, en los noventa, a los niños que cumplían años.

Eso es “escribir la historia”. Hacer que, de algún modo, queden para los que siguen nuestras noticias, anécdotas, personajes. Esta idea que surgió hace casi un año (durante el cual se han sumado Rolando Bonjour y Ricardo Rodríguez como columnistas), tendrá muchísimos redactores invitados: ustedes. Por ello lanzamos lo que queremos se transforme en galería de expresión, más que en un medio noticioso.

Porque internet vuelve a presentarse como un medio para estar en contacto con el mundo: con los araucenses del mundo. Es nuestra intención (e ilusión) que pueda ser aprovechado. Sean bienvenidos, también, mensajes que croniquen la vida y costumbres de quienes emigraron por una u otra causa.

Porque si algo tiene de bueno la red de redes es la interacción. Y eso pretendemos con este espacio: que escriban. Desde sugerencias hasta crónicas. Esperamos que manden fotos (nuevas, viejas, suyas, prestadas, de acá y de allá –de un lado y del otro, ¡oops!-). Nuestra expectativa es obtener, de los escritores más experimentados, sus más preciados textos; de los más chicos, dibujos... Cualquier cosa que muestre a nuestra gente es válida.

Porque, como solía escuchar de una grande del periodismo gráfico, hay gente que lleva tinta en la sangre.